José Luis Cañizares
🕑 18 de junio de 2021
Después de casi un año y medio de pandemia, resulta imposible negar que el covid-19 ha cambiado la mayoría, si no todos, los aspectos de nuestras vidas; y el amor no es la excepción. En tiempos donde el distanciamiento es una virtud, preguntarse cómo es posible mantener una relación a distancia es, para muchos, obligatorio. Una investigación de la Pontificia Universidad Católica del Ecuador (PUCE) abordó esta interrogante desde los ángulos de la tecnología en plataformas de comunicación y la psicología.
Múltiples son las razones por la que una pareja puede pasar de la corta a la larga distancia: la búsqueda de oportunidades laborales, metas académicas, situación de migración, entre otras, se encuentran en la lista de los principales motivos para que las personas decidan separarse. Sin embargo, durante la pandemia y los meses más duros de confinamiento, miles de parejas alrededor del mundo están separadas por las restricciones de movilidad.
Pamela Acosta – Rodas, docente e investigadora adjunta de la Facultad de Psicología de la PUCE, lideró la investigación “Relaciones de larga distancia: uso de avances tecnológicos en la comunicación, idealización y satisfacción”; con el propósito de analizar el funcionamiento de este tipo de relaciones amorosas, desde las nuevas posibilidades comunicativas y las perspectivas psicológicas.
Esta investigación surgió en 2016, cuando Pamela tuvo que separarse de su esposo, que entonces era su novio, para cursar una maestría en Europa. Cuatro años después, la pandemia obligó a esta relación a enfrentarse, nuevamente, a la distancia; “muchas parejas nos quedamos varadas en distintos países, donde tuvimos que vivir nuestras relaciones de manera virtual. Por eso, varios puntos del estudio los conozco también por experiencia personal”.
Más de 20 estudios, sobre relaciones a corta y larga distancias, se analizaron dentro de la investigación; además, se realizaron encuestas a 152 participantes, que tenían entre 17 y 60 años de edad. Esto, con el propósito de estudiar las percepciones sobre las relaciones a larga distancia y el papel que juegan los canales tecnológicos de comunicación; principalmente, las redes sociales.
El uso de plataformas digitales, como WhatsApp, Facebook, Skype e Instagram, han permitido mantener una comunicación en tiempo real entre personas que se encuentren geográficamente distantes. De hecho, los estudios sobre parejas que han permanecido conectadas por extensos periodos de tiempo, a través de videochat, concluyen que pueden sentir la misma cercanía y apoyo que las parejas que están físicamente juntas todo el día. “Gracias a las redes sociales, el distanciamiento físico no es igual al distanciamiento social”, señala Pamela.
Por este motivo, aun cuando tan solo el 35.5% de los encuestados creía que era posible tener una relación exitosa a larga distancia, alrededor del 50% consideraba que mantener este tipo de pareja no sería posible sin los avances tecnológicos de hoy en día. Sin embargo, las encuestas revelaron, también, una realidad alterna sobre el “mal uso” de las redes sociales: el 60% de personas pensaba que estas plataformas podían ser utilizadas, más bien, como medios de control en la relación.
“Muchas veces, las redes sociales eran utilizadas por las parejas como una fuente de información. Mándame una foto para ver dónde estás y qué estás haciendo”, explica la investigadora. Incluso, la existencia de las app de citas, como Tinder y Lovoo, dificultaban las relaciones a distancia, porque generaban desconfianza. “Cuando existen tantas opciones, la pareja empieza a tener dudas. ¿Será que ya se bajó Tinder o cualquier otra aplicación?”.
Más allá de los canales de comunicación, el mantenimiento de una relación a distancia depende, también, de un elemento psicológico: la idealización romántica. Este factor es la tendencia que tienen estas parejas a enfocarse en las fortalezas y cualidades del otro, generando una ilusión positiva que lleva a minimizar los problemas. “Aquí no vemos a la pareja como este humano con fallas, sino que nos quedamos muchísimo en el imaginario, en el ideal”, asegura Pamela.
Además, esta idealización ayuda a que las parejas a larga distancia presenten menos conflictos; sobre todo, cuando tienen la oportunidad de estar juntas físicamente. Esto se da porque las personas en una relación de este tipo tienen un tiempo usualmente corto y planificado para encontrarse en el mismo espacio geográfico; por ese motivo, las parejas prefieren evitar las peleas y discusiones.
Entonces, ¿cómo es posible mantener una relación a distancia? Los investigadores señalan una fórmula concreta: un corto y más apreciado tiempo que se pasa juntos; más la comunicación, a través de los avances tecnológicos que permiten a la pareja sentirse conectada; sumado a un nivel más alto de idealización romántica; son igual a la satisfacción de la relación. “Es muy importante tener mucha madurez para este tipo de relación, y ver qué tan bien estamos usando las redes sociales para la comunicación”, señala Pamela. Por este motivo, lo más importante para la dinámica de este tipo de parejas, al igual que cualquier otra, es la buena comunicación y la confianza; “sobre todo, la confianza en uno mismo”, comenta la investigadora. Además, es indispensable que se realicen nuevos estudios sobre la afectación de la distancia en las parejas; considerando que, por la pandemia, las condiciones de vida han cambiado drásticamente y, sin duda, lo seguirán haciendo.