Redacción Comciencia 

🕑 03 de agosto de 2020    


A pesar de sus propiedades curativas para tratar enfermedades como la Malaria, no hay pruebas científicas que garanticen que la Cinchona (cascarilla) es eficiente para tratar el nuevo coronavirus. El uso de esta planta, durante la pandemia, está poniendo en riesgo esta especie en Ecuador.

Flor de la cascarilla. Cortesía de Omar Vacas

Hasta el momento no hay evidencia científica que asegure el uso de medicamentos o plantas para tratar o incluso curar el coronavirus. La cascarilla, considerada como la planta nacional del Ecuador, es una de las especies medicinales más utilizadas empíricamente para tratar los síntomas de la Covid-19, pero ¿qué implica el uso de esta planta?

La cascarilla pertenece a la familia Rubiaceae; son árboles de hasta aproximadamente 25 metros de altura y sus troncos alcanzan diámetros de hasta 1,5 metros. En Ecuador existen 12 especies las que se ubican en los flancos orientales y occidentales.

Omar Vacas Cruz, etnobotánico, menciona que la principal característica es su corteza que posee porcentajes de alcaloides totales que van entre 4,5 a 8,5, siendo – la Cinchona pitayensis Weed – una de las especies que más quinina tiene, con alrededor del 6 %. La determinación de la estructura química de la quinina, teniendo como núcleo a la quinolina, sirvió de base para la síntesis de numerosos grupos de compuestos antimalaricos siendo los más importantes la cloroquina y la hidroxicloroquina, estas han sido mencionadas últimamente como supuestos tratamientos para coronavirus pero existe polémica científica por lo que no ha sido aprobado su uso.

El uso de la cascarilla como medicina alternativa

Vacas menciona varios usos ancestrales que se le da a la cascarilla, para desórdenes del ritmo cardiaco, fiebres, escalofríos, calambres musculares o indigestión, Además, los preparados de la corteza se emplean como tónicos amargos y estomáquicos que en dosis pequeñas son suaves y estimulantes a la mucosa gástrica. La infusión tiene acción astringente, por lo que se la usa en gargarismos.

A pesar de estas propiedades curativas, la cascarilla puede ser una planta letal si no es usada adecuadamente. Vacas menciona que los alcaloides que tiene la corteza del árbol pueden ser muy tóxicos y su consumo excesivo puede causar taquicardias, convulsiones e, incluso, la muerte de la persona. El experto, advierte que los productos naturales que se comercializan actualmente “a base de cinchona”, contienen otras especies botánicas por lo que los efectos nocivos podrían ser potenciados.

La cascarilla está en peligro por la Covid – 19

El consumo de la cascarilla durante la pandemia está poniendo a la especie en peligro de extinción, según información la Universidad Nacional de Loja (UNL). Esto sucede debido a que el consumo de brebajes y productos naturales para supuestamente tratar los síntomas del coronavirus demandan el uso indiscriminado de esta especie.

Científicos franceses dirigidos por el Dr. Didier Raoult del  – Institut Hospitalo-Universitaire (IHU) Méditerranée Infection – realizaron un estudio combinando de azitromicina e hidroxicloroquina (principio activo antimalárico, que tiene una farmacocinética similar a la cloroquina con rápida absorción gastrointestinal, y que se elimina por la orina). A pesar de que los pacientes dieron resultados alentadores, las pruebas se realizaron con apenas 36 personas, por lo que no se puede afirmar que este tipo de tratamiento sea seguro para combatir el coronavirus.

Debido a la amenaza que atraviesa la cascarilla en la provincia de Loja, la Universidad Técnica Particular de Loja (UTPL) y la Universidad Nacional de Loja (UNL) junto con otras instituciones, crearon la campaña “la cascarilla no cura el coronavirus” que pretende frenar el consumo masivo de la cascarilla para tratar la Covid-19.

En el portal web de la UNL, mencionan que el objetivo de esta campaña es informar, sensibilizar y crear conciencia en la ciudadanía de dicha provincia sobre el mal uso que se le está dando a esta especie. Con información concreta se pretende desmentir que el uso de la cinchona es un método eficiente para curar el coronavirus; además se pretende alertar a la ciudadanía que el consumo excesivo de cascarilla puede ser mortal.

Al existir relictos de cascarilla que ni siquiera están protegidos, el riesgo de que esta especie desaparezca es mayor. Vacas sostiene que hay pocos planes de conservación. Recalca que para un consumo responsable de cascarilla, esta especie debería entrar en veda para tener un proceso franco de recuperación.